Único, último ensayo. Los focos no van ahí, la música
no entra. Desde la fila 7 ya no se oye nada, hay que proyectar. ¡Dios, ¿por qué
hace tanto frío aquí?! Cuidado con el texto, si no me das el pie nos perdemos.
¡Ah, el vestuario!, faltaban zapatillas por atrezar, y
los lazos de Belisa, y a Eli hay que buscarle pantalones. ¿Y tú sigues sin voz?, haz gárgaras con
bicarbonato, no, con miel y limón, el jengibre es muy bueno para la afonía…
Perlimplín está pachucho hoy, es normal, teníamos que
haberlo previsto, pero como estaba tan animado…En fin, Eli, tienes que
sustituirle, ya sabes, busca un personaje, unas postura, una voz…El texto lo
controlas,¿no?, claro, no, solo hubo un ensayo. Está bien, ánimo.
Quedan unas horas, Perlimplín se encuentra mucho
mejor, gracias Eli, recuperas tu papel de duende, ahora repasamos texto. ¿Lo
tenemos todo?, ¿los lazos?, ¿los pájaros?...Hay que empezar ya.
Comienza el espectáculo.Se apaga la luz y se enciende el misterio, el público no existe, a pesar de ser el ingrediente esencial, en realidad no existe, les miras, pero no les ves (bueno, sí, soy miope y en el escenario no puedo llevar gafas, pero era una figura retórica…) No les ves, les SIENTES, sientes su silencio frío que tanto te
angustia, sientes su
complicidad en el gesto que funciona, sientes su calor en el aplauso esperado.
Perlimplín ha estado espléndido, tan dulce. Nos ha
fallado el texto, no sé dónde, pero lo hemos resuelto, y a pesar de todo se me
ha oído más allá de la séptima fila, y nos abrazamos, y hacemos una foto
rápida, porque hay que desmaquillarse, recoger y cargar y…
Y quién duda que hay MAGIA EN EL TEATRO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario