2024 fue muy rico en lo teatral e iba a terminar con nuestra participación en el Certamen de Cheste, ¡Ay, Carmela! había sido seleccionada y abría el mismo. No pudo ser. La dana lo impidió. Antes no habíamos oído apenas esa palabra y desgraciadamente se ha convertido en un vocablo temido y cargado de pérdida y duelo.
El Ayuntamiento de Cheste tuvo entonces la deferencia de invitarnos a participar en los Actos por la Memoria y hace unos días tuvimos el placer de llevar a ese maravilloso espacio del Teatro Liceo de Cheste, por fin, nuestra "Carmela".
Memoria, que extraña palabra, que ajena a la mente en lo que a ciertas cosas se refiere. Los muertos no tienen memoria, hasta al fantasma de Carmela
Los muertos no tienen memoria y los vivos olvidan. Muchas frases del texto de esta función remueven la conciencia, pero hay una en especial que resume ¡tantas cosas!
"los vivos, cuando tenéis la panza llena y os ponéis corbata, os olvidáis de todo"
Y tantos vivos panzudos y encorbatados siguen olvidando, a los entre 15 y 30 millones de muertos de la primera guerra mundial, a los entre 40 y 100 millones muertos en la segunda guerra mundial, a los...no existen cifras para el total de muertos en todas las otras guerras.
Memoria, ¿dónde está la memoria del pueblo de Israel, un pueblo masacrado que extermina a otro pueblo?, ¿y la memoria de esa raza que se creyó perfecta y elegida?
Y la vieja Europa, gris y desmemoriada, en lugar de buscar soluciones para ayudar a quienes huyen del horror y la miseria, en lugar de buscar paliar el hambre y la enfermedad que asolan gran parte del mundo, habla de kitts de supervivencia para otra nueva guerra, habla de nuevas armas que siguen engordando las mismas panzas. Porque los vivos, dice Carmela,
"no escarmentáis ni a tiros...ni a tiros"
Alguien ha dicho que el legado de la humanidad es su autodestrucción. O encontramos curación para este Alzheimer colectivo o pronto olvidaremos sonreír, compartir, crear, amar...y ya no harán falta kitts de supervivencia porque vivir será ya inútil.