lunes, 17 de diciembre de 2018

REFLEXIONES DESPUÉS DE ESTRENAR .

Por Chete Guzmán

Ya ha bajado el telón. Las luces se apagan, las butacas se vacían, los camerinos dejan de acoger a gente que entra y sale, con prisa, para maquillarse, vestirse y salir a interpretar .....Cansados y satisfechos,nos desmaquillamos y nos despojamos de nuestro disfraz, de nuestra otra piel, y lo colgamos por última vez, sucio y sudoroso, en las perchas junto a los trajes vacíos y mudos de los otros actores y actrices para que duerman y se acompañen durante otro tiempo de silencio y oscuridad. 
Volvemos a recobrar nuestras vidas, esas de los trescientostreintaypico días, pero nuestras vidas ya no serán las mismas, el veneno del teatro nos ha vuelto a cautivar el alma.
¿Que pasa?  ¡cuidado! ¿Que ocurre?.....las sombras de los personajes se han deslizado por entre las rendijas de las puertas de los camerinos desconchados y tristes y nos buscan, desesperados en nuestras casas, nuestras alcobas,  y se introducen disimuladamente bajo nuestras sábanas buscando el calor del cuerpo que por unas horas les dio alegría, emoción y VIDA
Vamos a la compra y a nuestro lado siguen Abelardo, Magdalena, Luisito,  D. Juan, la madre de Belisa.....Estamos en casa, y en la cocina vemos a D. Mendo a Azofaifa a Sisebuto a Brígida, a Marcolfa y a Belisa y a las narradoras que nos miran susurrándonos algo que no acabamos de oír y que nos recuerda vagamente a “Fuente ovejuna lo hizo, señor”. Salimos a la calle y nos saludan Lisardo y Margarita y Doña Inés y Laurencia y Doña Rosita. En el Mercadona estarán junto a nosotros  el Jero y el Victor, Doña Ramírez y María que está feliz porque dice que en Rivas no hay bombas. El perro de Sisebuto, al lado del Rivas Centro nos reclama una caricia con ese potente ladrido que no asusta  a nadie. Las chicas del coro pondrán música en nuestros ojos, que están mirando hacia el cielo, al hacernos recordar los fallos de la función y una promesa nos sacan: “la próxima lo haré mejor” 
Mientras, Perlimplin, brindará junto a nosotros, en el Rodri o la Cruz Blanca celebrando un.... “¿Que es esto que me pasa?” bebiéndose un chato de vino más contento que unas pascuas. 
Las sombras negras de nuestro regidor/maquinista y de nuestra regidora infatigable, que se han estado fundiendo en la noche y que junto a Jesús han sido estrellas iluminando el camino, se vestirán de color junto a los personajes porque son un gran equipo que allana mucho el camino de actores y actrices. Y Andresito, nuestro Andrés, se subirá con nosotros, al final del espectáculo, para compartir junto a todos, eso que también es suyo. El aplauso, la gloria final.
El público, los amigos, la familia, se irán del teatro sin irse, quedándose para siempre ahí , en Unicornio Teatro, al igual que cada uno de nuestros personajes se ha quedado en sus corazones. Para siempre. 
En fin....
Los aplausos del público, al que hicimos vibrar de emoción, nos llenaron de orgullo, de alegría, nos hicieron  felices; como nosotros a ellos. 
El dire, con la voz cascada y rota, ya no nos podrá gritar pero nos cantará bajito entonando como pueda aquello de.....” lo nuestro es puro teatro”
Por unos días fuimos  nosotros y fuimos otros. Y fuimos TODOS. 
Y TODAS. Y juntos volveremos a estar, cuando la ocasión nos llame, levantando de nuevo el Telón. 
¡¡¡¡ Jujurújuuuuuu !!!!

Chete.


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